Se define al término mitigar, bajo una perspectiva ambiental, como “el conjunto de medidas que podemos tomar para contrarrestar o minimizar los impactos ambientales negativos que pudieran tener una intervención antrópica” , por lo que podemos decir que su propósito será atenuar los daños potenciales sobre la vida causados por un cierto evento. ¿Pero a quién le adjudicamos esta responsabilidad?
Desde siempre, como sociedad (científicos, arquitectos, el gobierno, matemáticos, físicos, biólogos, ambientalistas, entre otros) hemos cooperado en conjunto con el fin de evaluar y plantear estrategias para satisfacer y promover nuestro desarrollo humano y así poder adaptarnos a las condiciones del lugar en donde vivimos. Tales como el diseño de construcciones resistentes a terremotos, condiciones climáticas muy frías, calurosas o lluviosas, etc. Por otro lado, también buscan alcanzar un desarrollo sustentable, es decir que genere el menor impacto en el ambiente, como la reducción de emisión de gases de efecto invernadero, la reforestación, y conservación de bosques. A estas las denominamos como estrategias de mitigación ya que tienen como objetivo reducir el impacto que cada día generamos en el ecosistema.
Hoy es día es ya un hábito escuchar a la población reclamarle al gobierno una mayor participación a la hora de buscar resoluciones y/o estrategias para asegurar el desarrollo y la mitigación necesaria para contribuir a la conservación y a su vez a la protección tanto de nuestros bienes, de los recursos naturales y de nuestras propias vidas. Sin embargo es necesario como individuos y sociedad reflexionemos sobre la importancia de nuestra responsabilidad.
Cada uno de nosotros debemos ser parte, debemos trabajar juntos y de manera individual para el beneficio de uno y de todos, porque juntos somos más, y si cada uno colabora el cambio será cada vez más visible y notorio. Hay ciertas acciones, algunas sencillas y otras tal vez no, pero son acciones que cada uno de nosotros puede realizar y ayudar a mitigar el daño que generamos.Como es el caso disminuir el uso del automóvil, el hacer uso del transporte público o caminar en trayectos cortos colabora notablemente en la reducción de dióxido de carbono y otros gases que se emiten a la atmósfera; debemos ser conscientes de las tres R, reducir, reusar y reciclar; utilizar elementos de bajo consumo; no derrochar el agua; evaluar las condiciones de los lugares donde se construye; y también apoyar el uso de energías alternativas, son algunas de las medidas que cada uno de nosotros podemos realizar para cooperar.
Porque es cierto que somos “uno para todos, y todos para uno”, todos podemos aportar parte de nosotros para así asegurar las condiciones de vida nuestras y de las futuras generaciones y proteger al medio ambiente.